Blogging tips

miércoles, 16 de julio de 2014

Cosas de niños

¿Recordáis que la semana pasada hablamos de los momentos ‘Tierra, trágame’ que nos pasaban? Pues repasando momentos, recordé alguno más, pero algunos empujada por mis hijos.

En cuantas situaciones comprometidas nos ponen los niños cuando son pequeños, madre mía, infinitas. Seguro que nuestros hijos de pequeños nos han puesto a todos, más de una vez, entre la espada y la pared.





Mi hija, que era la prudencia personificada, estando en segundo de preescolar me hizo pasar una vergüenza tremenda cuando fui a recogerla al cole. En la puerta de la clase me dice, ‘mami, hoy he conocido al marido de mi seño.’

Eso no podía ser, así que le dije, ‘¡Anda ya! Tu seño no tiene marido ni novio’. Ella insistía en que si y yo, bueno luego me lo cuentas en casa. Pero ella, que cabezona también es un rato me dice, ‘Verás cómo sí, ¿le preguntamos a mi seño?’

Terror.


‘Que no, que nos vamos’ Pero la niña no echaba a andar y seguía
‘¡Que sí mamá! Que ha llegado y le ha dado un besito.’
‘Bueno, pues será un amigo’
‘Que no mamá, que no’
‘No seas pesada y vámonos’

Pero nada, ella seguía con que era su marido y ya le digo ‘Venga, vamos a andar un poquito y me lo cuentas’. Para convencerla, le seguí el rollo un poco.
‘Bueno y ese amigo o novio de tu seño, ¿cómo es?’

Se encoge de hombros y me dice:
‘No sé, es como el abuelo Rafael, con el pelo blanco, pero más moderno porque lleva pendientes.’

Lo que me temía.

‘Y se llama… ay que era un nombre muy raro… ¡Guadalupo!’

Ahí ya la cogí del brazo y la metí en el coche. Cuando llegamos se lo intenté explicar.

‘Mira, te equivocas, pero un poquito. El novio de tu seño es una mujer, viven juntas y su nombre es Guadalupe’

Pero nada, erre que erre, que no podía ser una mujer porque era como su abuelo. Cambié de tema, la entretuve un rato y dejé el tema por zanjado, al fin y al cabo tan solo tenía 4 años, ¿qué memoria tiene un niño a esa edad?

Pero por la noche al acostarla, me dice ‘Mami, mañana le pregunto a mi seño si es su marido o su novia y así lo sabemos mejor.’
Intenté convencer de que no lo hiciera. Nunca llegué a saberlo, pero por si acaso, estuve mandando una temporada a mi madre a recoger a la niña al colegio. Que por cierto, nunca volvió a sacar el tema del ‘marido’ de su seño.



Con su seño, menos mal que es una persona encantadora, tuvo más de una. Una vez, les estaba enseñando a contar en el cole y corrigió a mi hija. Le explicó cómo se contaba y siguió con los demás niños. Al volver, se dio cuenta de que seguía contando igual. Así que se acercó y le dijo.
‘Victoria que te equivocas, que así no se cuenta’.

Y, ¿qué le contestó mi hija? ¡que la que no sabía contar era ella! Que si después del 1 y el 0 va el 1 con el 1, detrás del 2 y el 0 debe ir el 2 con el 2. O sea, que para ella era, 1, 2, 3, … 10,11,12,… y al llegar al 20,22,21,23… y en el 30,33,31,32,34… y así con todos.

‘¿Tú por qué cuentas así seño?’ Y se quedó mirándola, como esperando una explicación  súper lógica que la convenciera. Pero claro, a ver cómo le explicabas que no era así sin más argumento que porque sí.

Y del locares de mi hijo, mi chico, da para escribir un libro, pero voy a contar un par de ellas solo, tranquilos.
Él, al contrario que a mi hija, le costó empezar a hablar, y durante un tiempo tuvo esa media lengua tan graciosa que tienen algunos niños. Graciosa si no les da por hacer como a mi hijo. Se dedicaba a mirar los zapatos de los hombres y decía ‘Tú tienes cojones (cordones)’o ‘tú no tiene cojones’. Imaginaos las caras, todo un poema.

Le encantaba revolcarse por el suelo y siempre estaba castigado en el cole por ese motivo. Un día me contó la maestra que le dijo, ‘no te tires mas al suelo que es invierno y no se seca la ropa’. Él le respondió, ‘Eso te pasara a ti que eres muy torpe. Mi mamá la seca, pone una cosa para tender y un ventilador y se seca’.
La maestra me dijo que no pudo seguir riñéndole porque encima de todo, le dio una solución para secar la ropa.

¡Ay, estos niños! Como si una sola no se bastase y se sobrase para meter la pata. Bueno, ¿Qué me decís vosotros? ¿Os animáis a contar y compartir anécdotas de vuestros hijos, sobrinos...?

Un beso y a disfrutar

votar

2 comentarios:

  1. Jajajaja si es que los niños son geniales!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues si que lo son, te tienes que acabar riendo con ellos, pero en el momento...

      Un beso y gracias por venir

      Eliminar