Como algunos sabéis, el miércoles pasado participé con otras blogueras en el “Miércoles mudo”. Os preguntaréis qué es, pues bien, consiste en poner una foto que tú quieras y de lo que tú quieras sin decir nada sobre ella y dejar que los demás hagan sus comentarios. Yo decidí poner la foto de boda de mis abuelos paternos Rafael y Victoria.
Rafael y Victoria, 1925. |
Antes de seguir, me gustaría daros las gracias a todos los que os animasteis a participar y dejasteis comentarios.
Pues bien, aunque la idea no es esa, he pensado en hacer el “Martes parlanchín” para explicaros un poco de la historia detrás de la foto del “Miércoles mudo”. Muchos comentasteis que no podíais evitar montar vuestra historia sobre los protagonistas de la foto. Hoy, quiero voy a comentar un poquito de su verdadera historia.
A mi abuelo no lo llegué a conocer y mi abuela Victoria, desgraciadamente, murió cuando yo tenía cinco añitos, pero mis padres me han hablado siempre tanto de ella que es como si la hubiese conocido durante más tiempo.
Era una mujer muy adelantada para su época en su forma de vestir, de pensar, de actuar...Aunque también tengo que decir que era un poco alocada, según mi padre, le hacía pasar mucha vergüenza cuando pequeño por sus cosas.
Entre sus muchas anécdotas, que siempre me han contado de ella, voy a contaros cómo se conocieron.
Mi abuelo se quedó viudo, y con una hija pequeñita, muy joven, con unos 30 años. Pues bien, llegaron las fiestas del pueblo de al lado, y uno de sus hermanos lo invitó a quedarse unos días en casa de su suegra para pasar las fiestas. Al final mi abuelo se decidió a ir con su niña a pesar de que no conocía mucho a la familia política de su hermano. Antes no era como ahora que hay mas medio de comunicación. Antes las familias como no viviesen en el mismo sitio, se veían de Pascuas a Ramos, como se suele decir. Y por esto, mi abuelo, o el viudo como le gustaba llamarlo a mi abuela, no conocía a la hermana pequeña de su cuñada, mi abuela.
Bueno, pues el viudo llegó a la casa donde estaba su hermano y la niña se le quedó dormida antes de poder salir a las fiestas y le dijeron:
“Mira, acuéstala aquí en la cama de Victoria, que ha salido con sus amigas.”
Todos estuvieron de acuerdo, hasta que llegó la pelirroja. Llegó a su casa y directamente entró en su habitación. Ella, que era muy suya con sus cosas, vio algo en su cama y empezó a gritar: “¡Hay un gato en mi cama! ¡Mamá por Dios que broma es esta!”
Una de las pocas fotos que tengo de mi abuelo |
Entonces su madre fue y le dijo: “Hija por favor, baja la voz y no grites no es un gato, es la hija de Rafael el hermano de tu cuñado”
Ella le protesto a la madre: “A mí me da igual de quien sea. Quítala de mi cama. Por Dios si es horrorosa. Y una niña chica en mi cama, ¡para que se haga pipi! ¿¡No hay más camas en la casa ¡?” Ella siguió con su enfado y salió como hecha una furia para ponerle las cosas claras al viudo. Cuando lo vio, se quedó de piedra. Decía que no había visto un hombre más guapo en su vida. Solía contar: “Cuando yo vi a ese hombre tan elegante, con ese pelo negro, esos ojos verdes, me volví loca.”
En ese momento llegó una de sus hermanas que para apaciguar al a fiera le dijo: “Victoria hija, no te preocupes, ya está la niña en otra cama”.
Imaginaos la cara de sorpresa que puso cuando vio que la fiera se había convertido en gatito dócil.
“¿Y eso por qué? Tráela, con lo guapa que es”
Por lo visto ya no salió mas en todo el día con tal de estar con el viudo y se llevó todo el tiempo con la niña. Según me contaban mis padres, ella decía: “El viudo no se me escapa, ese es para mí”. Y lo consiguió.
Se casaron y tuvieron cuatro hijos, aunque uno de ellos murió muy pequeño. Pero ella siempre trato a la hija del viudo, mi tía Mercedes, como si fuese su propia hija y la niña siempre la llamó mamá. Jamás hizo distinciones y nunca le volvió a parecer fea.
Bueno pues ya sabéis algo de los protagonistas de la foto.
Un beso y estad atentos que mañana vuelve a ser Miércoles mudo.
Me encanta la historia Mª Antonia, y también me gusta tu iniciativa del miércoles mudo y el martes parlanchín. Igual más adelante me animo contigo.
ResponderEliminarUn beso
Muchas gracias y anímate que es divertido!
EliminarQue historia tan bonita, muchas gracias por compartirla...si ya me encanta ver fotos antiguas, saber de los protagonistas ya es todo un lujo.
ResponderEliminarSaludos¡¡¡
Gracias a ti visitarme y me alegro mucho de que te haya gustado la historia de mis abuelos
EliminarHermosa la historia de esta parejita de la fotografía. Qué elegantes y bien puestos están aquí. Y qué divertida la manera de conocerse... Un abrazo, te espero por mi blog
ResponderEliminarHola! Me he pasado por tus dos blogs y me han encantado. Ya tienes una seguidora más ;)
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